viernes, 31 de mayo de 2013

Sombras

Cuando vives en un bajo, no es raro que la luz de la calle proyecte sombras en tu habitación. Sombras de personas que caminan por la acera, sombras de coches... sombras comunes, al fin y al cabo. Lo que no es tan común es que eso mismo ocurra cuando vives en un octavo piso.

Mi apartamento no es gran cosa, un dormitorio, un baño, un diminuto estudio y un salón-comedor. Más que de sobra para mí. De día, la luz del sol entra a raudales por las ventanas y todo brilla alegremente. De noche...

Lo único que alumbra por la noche es el cielo, ya que las farolas quedan muy abajo. Incluso el ruido de la calle llega tan amortiguado que apenas es un susurro. Y sin embargo, cada noche, las sombras entran en mi habitación, bailan y se van. La primera noche no presté atención. Las siguientes no fueron para nada agradables.

Pero aquí sigo, en mi pequeño apartamento, alargando el momento de irme a la cama. Ya han pasado las dos de la noche y el sueño hace que la vista se me nuble y se junten las líneas de los planos que tengo sobre la mesa.


«No puedo mantenerme despierto eternamente.»

Me levanto de la silla de mala gana, llevaba tanto tiempo sentado que me mareo un poco al levantarme.

«Trabajo demasiado...»

Fue rápido, pero lo vi. Una sombra cruzó la habitación de lado a lado. Me doy la vuelta de inmediato. La ventana está cerrada y por ella se ve el tejado del edificio de al lado y, sobre él, un cielo negro pero sucio a causa de la contaminación lumínica de la ciudad. Apenas se puede distinguir alguna estrella. La sombra indicaba que algo había cruzado por delante de mi ventana, de una ventana situada en un octavo piso. Una vocecilla en mi interior me dice que me vaya de aquel lugar. Que corra cuanto pueda.

«No seas idiota, sólo ha sido una sombra.»

Al volver a darme la vuelta y atravesar la puerta, la sombra volvió a cruzar, esta vez en sentido contrario. Trato de ignorarla, pero mi cuerpo ya está en tensión. Camino hasta mi cama y me desvisto mirando al exterior. Las ventanas del dormitorio dan al lado opuesto a las del estudio. Desde éstas sólo se ve cielo, las casas que hay al otro lado son de dos o tres pisos y quedan muy abajo.

Como era de esperar, nada cruza la ventana. Aquí sólo estamos yo y mi cama. Al apagar la luz esperaba que alguna de las sombras ya conocidas hiciera su aparición, pero no ocurría nada.

«Esto sí que es raro.»

No me había dado cuenta de cuánto me había acostumbrado a las sombras. Toda esta tranquilidad... es inquietante.

Crick-trak trak trak...

Algo hace un ruido molesto ahí fuera. Me agito en la cama y acabo por despertar. Todo parece estar en calma. Cuando empiezo a creer que todo era un sueño, el sonido vuelve, y esta vez me olvido de tranquilizarme. Vuelvo a estar de pie, con todo el cuerpo en tensión, con los ojos como platos y atento a cualquier ruido.

Crick-trak trak crick...

¿Qué demonios suena? Suena en el comedor.

«La ventana, joder.»

Aquella noche se me había quemado un poco la cena y abrí la ventana para que el humo tuviera por donde escapar. Es una de esas molestas ventanas que se abren en vertical. Seguro que la dejé abierta.

Crick-trak trak trak...

Desde la puerta de mi habitación se distinguen sombras moviéndose en el suelo del comedor. Se agitan nerviosas mientras suena aquel molesto ruido.

Crick

En el momento en que me acerco, las sombras se detienen y el sonido cesa. Tratando de ser lo más silencioso posible, doy un paso con la vista fija en el suelo de la cocina. Pero la sombra parece reaccionar. Se estremece un segundo y desaparece. Cuando entro finalmente encuentro que, efectivamente, había dejado abierta la ventana. La cierro y vuelvo a mi habitación.

No había dado más de dos pasos fuera de la cocina cuando, desde el pasillo, veo una figura oscura al otro lado de la ventana de mi dormitorio. No permanece allí más de un segundo. Cruza hacia el otro lado de la ventana, haciendo que su sombra se pasee por toda la habitación.

«Hay algo ahí fuera.»

Eso es todo cuanto sé.

2 comentarios:

  1. Es la primera vez que crítico un relato corto de misterio/terror, pero allá voy:

    A mi parecer, logra reflejar bien ese miedo que se tiene al vivir solo y la paranoia a la que te puede llevar. Pero no me acaba de quedar del todo claro la definición del protagonista como personaje, puesto ahí para sufrir sin más. Claro, pero si esa era la intención, entonces perfecto, aunque el saber algún detalle más siempre te mete un poco en el personaje (¿Está cuerdo? ¿Estado de ánimo alterado? ¿Temeroso por naturaleza?) ya que la frase que dice él mismo de "trabajo demasiado" no tiene ningún refuerzo más, es ya a percepción del lector.

    Y eso es todo lo que te sé decir (xD).

    PD: Mi experiencia viene de las historias de H.P. Lovecraft principalmente :P

    PD2: Nano, "Sombras de personas que caminan por la..." acera.

    ResponderEliminar
  2. Errata machacaojos corregida, gracias por el apunte xD

    Y en cuanto al personaje, es cierto que suelo hacerlos muy planos. Trataré en los siguientes de darles algo de trasfondo ¡Gracias por tu comentario, Master!

    ResponderEliminar